Extraido de http://ctxt.es/es/20170419/Politica/12405/Gerardo-Tece-espana-corrupcion-estado-fallido.htm por https://twitter.com/gerardotc
El término “Estado fallido” describe aquellos Estados soberanos en los que fallan elementos básicos y necesarios para su funcionamiento y la seguridad de sus ciudadanos. El concepto nos sugiere un paseo por las calles de una ciudad en la que es habitual que te roben a punta de pistola y a continuación te extorsione la policía. Cosa de países lejanos. ¿Decir que España se acerca al Estado fallido es una exageración?
Jefatura del Estado compi yogui, Presidencia del Gobierno, ministerios, mostrando su apoyo en reuniones, correos o SMS a acusados de blanquear, extorsionar, sobornar o saquear empresas públicas del país. Asaltos en la casa de fiscales que investigan la corrupción mientras sus jefes intentan frenar su trabajo. Ministros de Justicia que, sabiendo que todo esto sucede, si mueven un dedo es para escribirle un SMS al corrupto dándole ánimos. Destrucción de discos duros con pruebas de delitos en la sede del partido gobernante. Cajas de ahorro saqueadas con el conocimiento de los organismos controladores que nos han costado hospitales y escuelas. Medios de comunicación financiados por el poder desde empresas públicas saqueadas. Medios que, en lugar de vigilar al poderoso, han decidido que su papel es informar sobre países lejanos y proteger al saqueador que los financia. Jueces que denuncian falta de recursos para investigar la corrupción. Corruptos gobernantes que no piensan darles medios a estos jueces. Un partido que quita y pone jueces, que aparta fiscales con total naturalidad cuando las investigaciones se acercan a las cúpulas. Miembros del partido apartados en silencio si denuncian haber visto algo raro. Cientos de cargos que nunca saben nada, nunca sospechan nada, hasta que la alcantarilla rebosa y la guerra interna les obliga a posicionarse del lado de alguna de las familias en conflicto interno por el poder. Grandes empresarios pagando millonarias campañas electorales que perpetúan en el poder a gobernantes regados con sobresueldos. Gobernantes agradecidos dando concesiones públicas a dedo con el dinero de todos, haciendo que la prioridad del país la marquen los empresarios corruptos que sobornan a políticos. Ministros de Economía que se felicitan por un crecimiento cuya gasolina es la rueda corrupta. Una de cada cuatro personas en riesgo de pobreza y exclusión. Y la cifra creciendo. Trabajadores pobres. Y el sueldo bajando. Leyes mordaza que dificultan la protesta contra el tinglado organizado. Ministros del Interior usando dinero público para inventarse operaciones antiterroristas contra usuarios de redes sociales o espiando a rivales políticos.
Sí, España es un Estado fallido porque falla algo básico: la confianza en quienes posan su culo en los sillones del poder, un conjunto de culos que los jueces que han logrado saltar todas las barricadas y zancadillas definen en sus investigaciones una y otra vez como organización criminal. España es un Estado fallido porque ocurre algo muy grave: los ciudadanos no podemos confiar en quienes dicen trabajar para nosotros, ni en quienes vigilan que se cumpla la ley, ni en quienes construyen desde los medios el relato de un país que, nos dicen, está resfriado, un país que, sabemos de sobra, está comido por la metástasis de la corrupción.